15 de octubre de 2014

Adaptación de "LA PEQUEÑA GALLINA ROJA"

Con motivo del día mundial de la alimentación que se celebra este año centrando la atención en la importancia en la necesidad de fomentar  la agricultura familiar  para conseguir erradicar el hambre en el mundo, he recordado una adaptación del cuento "la pequeña gallina roja" que me contaron hace años para comprender el alcance del problema del hambre en la sociedad globalizada en la que vivimos.   Espero que os guste y os haga reflexionar:  

Érase una vez una pequeña gallina roja, que vivía en una bonita granja y comía lo que la tierra le daba.   Un día, la pequeña gallina roja encontró un grano de trigo y pensó que si lo plantaba tendría más grano que comer.

- ¿Quién me ayudará a plantar este grano de trigo?- preguntó a sus vecinos.
- Yo no, -dijo el pato- pero puedo venderte algunos granos de café.  Si los plantas en lugar del trigo podrás sacar mucho dinero.
- Yo no, - dijo el cerdo- pero te compraré el café cuando lo coseches.
- Yo no, - dijo el ratón- pero te prestaré el dinero que necesites para empezar.

Así pues, la pequeña gallina roja plantó el café en lugar del trigo.

- ¿Quién he ayudará a plantar el café? - preguntó la gallina roja a sus vecinos.
- Yo no, - dijo el pato- pero te venderé fertilizante para ayudarte a hacerlo crecer.
- Yo no, -dijo el cerdo- pero te venderé insecticidas para evitar las enfermedades.
- Yo no, - dijo el ratón- pero te prestaré el dinero que necesites para que puedas comprar el fertilizante y los insecticidas que te hagan falta.

La pequeña gallina roja trabajó duramente.  Incluso esparció el fertilizante y pulverizó el insecticida sobre las plantas de café.  A pesar de que le salía mucho más caro que si hubiese decidido plantar el trigo, no dejaba de pensar en todo el dinero que sacaría de ello.  Por fin llegó el tiempo de la cosecha.

- ¿Quién me ayudará a vender el café? - preguntó la gallina roja.
- Yo no, - dijo el pato- pero necesitarás mi fábrica para torrefactar y envasar el café.
- Yo no, - dijo el cerdo-.  En este momento todo el mundo produce café y los precios están muy bajos.
- Yo no, -dijo el ratón-, pero ahora te toca devolverme el dinero que me debes.

Entonces la pequeña gallina roja se dio cuenta de que se había equivocado al plantar el café en lugar del trigo, porque de esta manera se había endeudado y no tenía nada para comer.

- ¿Quién me dará algo de comer? - preguntó desesperada a sus vecinos.
- Yo no -dijo el pato- porque no tienes dinero para pagarme.
- Yo no -dijo el cerdo,- porque no hay suficiente comida ya que todo el mundo se ha puesto a plantar café
- Yo no- dijo el ratón frotándose las manos- pero tomaré tu tierra en lugar del dinero que me debes y quizás te permita quedarte en ella si trabajas para mi.